Desahogos, pensamientos, vivencias... lo que pasa por mi mente a un solo paso.

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lunes, 31 de enero de 2011

¿Remordimiento o solución?

Quizás es uno de los temas más controversiales hoy y siempre... pero no por eso deja de ser debatible y sobre todo importante de tratar.

Y es que el ABORTO no es algo que ocurra sólo en Chile, sino que en todo el mundo. Muchos apoyan esta práctica, otros la rechazan. ¿Quién tiene la razón finalmente? No sé -ni creo- que es un tema que deba verse desde un punto de vista. Sin embargo, siempre he dicho lo siguente: "si te gusta el wev... asume las consecuencias". Claro, es muy sencillo tener una noche de calentura, pasarlo bien, no cuidarte y PAF!... quedar embarazada. ¿Después abortas y fin del tema? Eso es IRRESPONSABILIDAD, aquí y en la quebra' del ají. Pero por otra parte, existen casos en que el embarazo ocurre por una violación... ¿qué se hace en estas circunstancias? Todo depende de la forma de ser de la futura madre. Si eres capaz de querer a tu bebé sin importar el origen de su procreación, genial. Pero, ¿todas pueden verlo así de simple? No necesariamente. Tal vez el recuerdo de "ese" día se vea reflejado con cada gesto de su pequeño, o tal vez no. Ni idea.

Personalmente... no podría abortar. No porque esté a favor o en contra, sino que por mi carácter, SÉ que terminaría cagándome la psiquis solita.
"Hoy cumpliría un año"
"¿Cómo sería su rostro?"
"Ayyy, se vería tan lindo(a) con esta ropita"
"¿Qué le gustaría estudiar?"
"¿Cuántos nietos tendría?"
etc...

Soy de estas personas que se imagina hasta la forma que tendría su manito o su piececito. No podría privarme de esa oportunidad de ver a un niño, MI HIJO, crecer y desarrollarse. Como dije anteriormente, sin importar su procedencia.

PD. No quiero con esto juzgar a las que abortan, dan en adopción o crían al hijo. Además, tampoco soy QUIÉN para hacerlo. Cada uno sabe lo que le conviene o ve como solución en el momento que está pasando. Al fin y al cabo... son LECCIONES DE VIDA.


Les dejo esta canción de Trigo Limpio que me llega mucho -y llega a conmover- por el contenido de la letra...



domingo, 30 de enero de 2011

De un clavo a otro

Siempre me he preguntado: ¿Por qué hay personas que tienen esa extraña necesidad de estar emparejadas en todo momento? Pasan del ex al nuevo... y si este no funcionó: venga el siguiente. Reflexionando, tal vez son personas que necesitan sentirse queridos las 24/7. Saber que -cada vez que lo necesiten- tendrán alguien que los cobijará o alentará en los momentos requeridos. Pero no por eso comparto la idea, creo que en vez de "correr a los brazos" del primer hombre o mujer que se nos cruce, debemos vivir el "duelo" con todas sus letras. ¿O es que nunca le importó su ex?
Además, con ese currículum, nadie me puede decir que después no volverá a recaer en lo mismo. Todos tenemos -y necesitamos- que los ciclos que vamos viviendo y han terminado queden cerrados. Para avanzar en la vida, para buscar nuevos rumbos o -en el caso- encontrar un nuevo amor. Uno que sea porque se quiere estar con él, y no porque fue el clavo que sacó al otro.

domingo, 16 de enero de 2011

Hace tiempo que su matrimonio no andaba bien, pese a tener dos hermosos hijos. Ella sabía que la falta de comunicación con su pareja les estaba pasando la cuenta. Entre conversaciones y consejos de diversas amigas, llegó a una drástica decisión: se buscaría un amante.

Luego de recorrer noche tras noche diferentes bares de la capital, encontró al indicado: un joven diez años menor que ella. ¿Por qué lo eligió a él? Puede ser por su tes tostada y sus ojos color miel, pero principalmente porque con él volvió a sentir esa juventud que tanto anhelaba –y ya no tenía-.

Poco a poco el romance se fue agrandando. Comenzó como un simple capricho pero ahora las cosas se ponían serias –o por lo menos para él-. Tras una intensa noche de pasión y desinhibiciones, el joven se sentía unido a esta mujer. Pero no sabía que todo cambiaría con un abrir y cerrar de ojos.

Las semanas pasaron y ella no se sentía bien. Los constantes mareos y náuseas ya no la dejaban realizar sus actividades diarias con total normalidad. Recostada en su cama, meditó sobre si la falta de preservativos de aquella noche fugaz tendría relación con estos maes que la aquejaban. Para tranquilizarse, decidió comprar un test de embarazo y realizárselo. Los nervios aumentaban con cada tic-tac del reloj… pero la tranquilidad nunca llegó: el test salió positivo, estaba embarazada. Su presión aumentó a mil por hora, ¿qué haría? La confusión era total. Sabía que no podía decirle a su marido porque descubriría su doble vida. Él se había realizado una vasectomía unos años atrás, por lo que era imposible que aquel bebé fuese suyo. ¿Qué hacer entonces? Su mente giraba por doquier, ya no podía razonar. Descontrolada, llamó a su médico de cabecera. Se conocían hace tanto tiempo que esperaba que éste la pudiese ayudar con la decisión que estaba dispuesta a enfrentar. Para su suerte, él accedió. Esa misma tarde, sin que nadie más se enterase de aquello, se realizó un aborto. Nunca más volvió a hablar con aquel joven que tantas ilusiones –y ahora traumas- le había traído.