Para mí, esta Navidad ha sido la más austera. Tal vez mi árbol no rebosaba de regalos navideños como en años anteriores. Varios imprevistos y situaciones (como el nacimiento de los cachorros de mi perrita) acortaron el presupuesto. Pero, ¿saben qué?: eso pasó a segundo plano.
Creo que el verdadero sentido de la Navidad no es "quién tiene más regalos o los más caros del mercado". Lo importante aquí, es compartir esos momentos en familia. Tan sencillo y tan difícil a la vez. Por eso, agradezco el hogar que tengo, mis hermanos y mis padres, que siempre están ahí para reírnos y apoyarnos en las buenas y en las malas.
Por lo mismo... el simple hecho de comer y después ver una película todos juntos me llena de alegría. ¿Saben cuál vimos? Toy Story 3. Confieso que me la lloré toda... me sentí totalmente reflejada con Andy: mi infancia se ha terminado y ahora estoy transformándome en una persona adulta. Pero sin embargo, debo agradecer que mi niñez fue excelente... y todo gracias a que mi familia estuvo, está y estará ahí siempre.
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